FRAGMENTO DEL LIBRO “ELEGIA AL PASTOR DE MARMOLEJO” 1963. PREMIO DEL INSTITUTO DE ESTUDIOS JIENNENSES. RECORDANDO A MI PADRE, JUAN MARTINEZ DE UBEDA. (1916,1963) ESCRITOR, POETA Y PERIODISTA.
EN TUS OJOS DE NIÑO ALENTABAN LOS DIAS
EL FULGOR RELUCIENTE DE LAS HORAS SOÑADAS.
LAS ABEJAS HILABAN SUS DULZURAS DORADAS
EN TUS LABIOS DE SANGRE. TU CANTANDO FUNDIAS
EN EL VIENTO EL MILAGRO DE TU SUEÑO Y TU ROSA.
DE UNA FLAUTA DE CAÑA LEVANTABAS CANCIONES
Y AL CRUZAR LOS CAMINOS APRENDIAS LECCIONES
DE LOS PAJAROS ALTOS Y DEL AGUA PRECIOSA.
MIENTRAS TANTO, TAN LIBRE COMO EL VIENTO, EL GANADO
DESPRENDIA LAS FLORES DE SUS TALLOS JUGOSOS.
TU CANTABAS ABIERTO Y ENTRE LIRIOS GOZOSOS
CALENTABAS TU ALMA CON DELIRIOS DEL PRADO.
CUANDO EL CERRO ENCENDIA DE GORJEOS SU FALDA
O EL OLIVO AGITABA SUS RAMONES, TUS LABIOS
REPETIAN LAS COPLAS DE LOS PAJAROS SABIOS
O EL PIAR DE LA PARDA TOTOVIA. LA GUALDA
MARGARITA TEMBLABA COMO UN SOL DE JUGUETE
EN TUS MANOS PEQUEÑAS. TU CANTABAS, CANTABAS
Y LAS BLANCAS OVEJAS TE SEGUIAN SI DABAS
UN SILBIDO. EN TUS OJOS ERA EL SOL UN REHILETE
VETICAL DE COLORES. YO ADIVINO TU FORMA,
OH FRANCISCO RAMIRO, A LA LUZ Y TE VEO
CON UN SILBO EN LA LENGUA Y UN EXTRAÑO DESEO
DE VOLAR VIENTO ARRIBA, EN SU BARCA O SU HORMA,
O DE IR POR EL CAMPO, COMO EL AGUA, SOÑANDO
JUNTO A LOS LIRIOS VERSOS DE FLORIDA RIBERA
¿TU SABIAS. FRANCISCO, QUE JESUS TAMBIEN ERA
UN PASTOR EN LA TIERRA? ¿QUE SILBABA, CONTANDO
SUS CORDEROS AMADOS CUANDO EL SOL SE PONIA?
¿TU SABIAS, FRANCISCO, QUE JESUS SE ENTREGABA
A LA MUERTE POR ELLOS? ¿QUE POR UNO, LLORABA
SI AL TRISCAR POR LOS CERROS EL ESPINO LE HERIA?
COMO UN CRISTO PEQUEÑO, TU, FRANCISCO RAMIRO,
TE RECORTAS EN MEDIO DE LA NIEBLA Y TUS MANOS
ACARICIAN TESTUCES DE CORDEROS HUMANOS.
EL AMOR TE DOMINA. VES A DIOS EN EL GIRO
DEL CLAVEL O EN LA ESPUMA O EN LA FLAUTA DE LA CAÑA
O EN EL DULCE BALIDO DEL CORDERO MENUDO.
MARMOLEJO EN EL ALBA ES UN CANTICO RUDO
CON PALOMAS DORMIDAS EN ERECTA ESPADAÑA.
TU, PASTOR, IMPACIENTE DE VEREDAS, CAMINAS
SOSTENIENDO EL CAYADO EN TU MANO DELGADA,
O SILBANDO EL FANDANGO QUE APRENDISTE EN LA ARADA
SOLEDAD DE LOS TRIGOS. SIN SABERLO DECLINAS
EL AMOR A LAS COSAS Y A LOS DULCES CORDEROS.
SIN SABERLO TE LLENAS DE UN AMOR QUE NO CABE
EN LA CAJA DE UN PECHO COMO EL TUYO. SUAVE,
DULCEMENTE ACARICIAS LOS MOMENTOS PRIMEROS
DE TU VIDA Y TE SIENTES CAPITAN Y POETA
DE UN EJERCITO BLANCO POR CAMINOS DE VIENTO.
¿QUIEN TE DIJO, FRANCISCO, QUE LLEGADO EL MOMENTO
QUEMARIAS TUS PULSOS EN LA HOGUERA INCONCRETA?
FRAGMENTO DEL LIBRO “ELEGIA AL PASTOR DE MARMOLEJO” 1963. PREMIO DEL INSTITUTO DE ESTUDIOS JIENNENSES. RECORDANDO A MI PADRE, JUAN MARTINEZ DE UBEDA. (1916,1963) ESCRITOR, POETA Y PERIODISTA.
EN TUS OJOS DE NIÑO ALENTABAN LOS DIAS
EL FULGOR RELUCIENTE DE LAS HORAS SOÑADAS.
LAS ABEJAS HILABAN SUS DULZURAS DORADAS
EN TUS LABIOS DE SANGRE. TU CANTANDO FUNDIAS
EN EL VIENTO EL MILAGRO DE TU SUEÑO Y TU ROSA.
DE UNA FLAUTA DE CAÑA LEVANTABAS CANCIONES
Y AL CRUZAR LOS CAMINOS APRENDIAS LECCIONES
DE LOS PAJAROS ALTOS Y DEL AGUA PRECIOSA.
MIENTRAS TANTO, TAN LIBRE COMO EL VIENTO, EL GANADO
DESPRENDIA LAS FLORES DE SUS TALLOS JUGOSOS.
TU CANTABAS ABIERTO Y ENTRE LIRIOS GOZOSOS
CALENTABAS TU ALMA CON DELIRIOS DEL PRADO.
CUANDO EL CERRO ENCENDIA DE GORJEOS SU FALDA
O EL OLIVO AGITABA SUS RAMONES, TUS LABIOS
REPETIAN LAS COPLAS DE LOS PAJAROS SABIOS
O EL PIAR DE LA PARDA TOTOVIA. LA GUALDA
MARGARITA TEMBLABA COMO UN SOL DE JUGUETE
EN TUS MANOS PEQUEÑAS. TU CANTABAS, CANTABAS
Y LAS BLANCAS OVEJAS TE SEGUIAN SI DABAS
UN SILBIDO. EN TUS OJOS ERA EL SOL UN REHILETE
VETICAL DE COLORES. YO ADIVINO TU FORMA,
OH FRANCISCO RAMIRO, A LA LUZ Y TE VEO
CON UN SILBO EN LA LENGUA Y UN EXTRAÑO DESEO
DE VOLAR VIENTO ARRIBA, EN SU BARCA O SU HORMA,
O DE IR POR EL CAMPO, COMO EL AGUA, SOÑANDO
JUNTO A LOS LIRIOS VERSOS DE FLORIDA RIBERA
¿TU SABIAS. FRANCISCO, QUE JESUS TAMBIEN ERA
UN PASTOR EN LA TIERRA? ¿QUE SILBABA, CONTANDO
SUS CORDEROS AMADOS CUANDO EL SOL SE PONIA?
¿TU SABIAS, FRANCISCO, QUE JESUS SE ENTREGABA
A LA MUERTE POR ELLOS? ¿QUE POR UNO, LLORABA
SI AL TRISCAR POR LOS CERROS EL ESPINO LE HERIA?
COMO UN CRISTO PEQUEÑO, TU, FRANCISCO RAMIRO,
TE RECORTAS EN MEDIO DE LA NIEBLA Y TUS MANOS
ACARICIAN TESTUCES DE CORDEROS HUMANOS.
EL AMOR TE DOMINA. VES A DIOS EN EL GIRO
DEL CLAVEL O EN LA ESPUMA O EN LA FLAUTA DE LA CAÑA
O EN EL DULCE BALIDO DEL CORDERO MENUDO.
MARMOLEJO EN EL ALBA ES UN CANTICO RUDO
CON PALOMAS DORMIDAS EN ERECTA ESPADAÑA.
TU, PASTOR, IMPACIENTE DE VEREDAS, CAMINAS
SOSTENIENDO EL CAYADO EN TU MANO DELGADA,
O SILBANDO EL FANDANGO QUE APRENDISTE EN LA ARADA
SOLEDAD DE LOS TRIGOS. SIN SABERLO DECLINAS
EL AMOR A LAS COSAS Y A LOS DULCES CORDEROS.
SIN SABERLO TE LLENAS DE UN AMOR QUE NO CABE
EN LA CAJA DE UN PECHO COMO EL TUYO. SUAVE,
DULCEMENTE ACARICIAS LOS MOMENTOS PRIMEROS
DE TU VIDA Y TE SIENTES CAPITAN Y POETA
DE UN EJERCITO BLANCO POR CAMINOS DE VIENTO.
¿QUIEN TE DIJO, FRANCISCO, QUE LLEGADO EL MOMENTO
QUEMARIAS TUS PULSOS EN LA HOGUERA INCONCRETA?
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